miércoles, 19 de agosto de 2009

La explotación del mar

Nicolás Fuentes A.

La protección de los recursos, hoy en día, es una tendencia mundial. Ya en el año 1987 la Organización de las Naciones Unidas planteó que los países debían considerar en sus políticas un desarrollo sustentable, definido como “un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”. Para cumplir con ello, Chile ―país que depende de la explotación de sus recursos naturales― debía tener una normativa clara en la regulación de éstos. Así en el año 1994 nace la Ley Nº 19.300 de Bases Generales del Medio Ambiente, donde se plantea el mecanismo público a utilizar para la protección de los recursos. Sin embargo los recursos marinos no se consideran, sólo rigiéndose por la Ley Nº 18.892 General de Pesca y Acuicultura del año 1989, donde se enmarcan los distintos planes de explotación de los recursos marinos, que son pesquerías, acuicultura y las áreas de manejo.

Toda actividad económica de extracción de recursos marinos significa una alteración del medio, es decir se producen disturbancias en el lugar. Estas alteran el sistema y generan una disminución de la abundancia de individuos y la riqueza de especies que se presentan en él. Así mismo al extraer constantemente a los individuos adultos se afecta el grupo etario dominante. Esto significa que si la extracción es constante lo más probable es que el tamaño y edad de los individuos que dominen la población sea menor. Por consiguiente si la edad del grupo es menor, la reproducción en la población también lo será.

Las pesquerías son sin duda las que producen el mayor efecto directo sobre las poblaciones de recursos marinos. Esta actividad consiste en ir a un sector, extraer los individuos y luego cuando no se obtienen más, recurrir a otro. Si bien existe una regulación donde se les prohíbe sobrepasar una cota de extracción, esta es muy permisiva y no protege los recursos en su integridad. En pesquerías artesanales el efecto no es grave, dado que si el recurso empieza a escasear no se extrae más. Por otro lado en las pesquerías industriales este efecto es devastador, ya que sus métodos de sustracción se basan en la maximización de la extracción de los recursos. Por ejemplo si se quiere extraer jurel, se busca el cardumen y se arrasa con todo lo que hay en el sector para maximizar la obtención de jurel. No sólo se elimina la población que se buscaba, si no que también se empobrece el ecosistema al exterminar a la vez la comunidad y todos los nichos creados.

La acuicultura in situ, es decir la producción y crianza de un recurso en piscinas dentro del medio marino, produce un efecto negativo indirecto sobre el ecosistema. Si bien no se extraen los recursos directamente del mar, todos los desperdicios que se generan como fecas y alimento no consumido, se depositan en el fondo marino. Dada la cantidad de materia orgánica depositada, los fondos se convierten en un desierto y basurero. Las poblaciones de individuos se ven disminuidas y/o exterminadas, ya que las condiciones originales del medio cambiaron. La acuicultura produce que los ecosistemas del fondo marino cambien y se empobrezcan, los cuales sólo se verán constituidos por especies colonizadoras y oportunistas.

Las áreas de manejo se presentan como la actividad más “amigable” con el medio. En éstas se da la responsabilidad de la mantención de los recursos a los administradores de la parcela marina. Ellos velarán por el futuro de su recurso, definen cotas de extracción, recursos a explotar y los sectores dentro de su área aptos para ser explotados, todo con el fin de que sus recursos a futuro no presenten problemas. Desde una perspectiva ecológica esta explotación respeta la regeneración de poblaciones, dado que el pescador dejará de extraer el recurso si se ve dañado, ya que sabe que de él depende su mantención. Las extracciones generadas se pueden asociar a disturbancias cíclicas que necesita un ecosistema para ser más complejo, lo que puede llevar a aumentar los nichos disponibles y así la diversidad de especies. Desde la economía, esta mayor diversidad de especies significará una mayor cantidad de recursos explotables.

Personalmente creo que el mejor plan de explotación son las áreas de manejo, ya que respetan las estrategias reproductivas de los seres marinos. Se parte de la base de que todos los lugares alterados pueden volver a tener las condiciones y características originales, sólo se necesita que se deje “descansar” y son las áreas de manejo donde se da la responsabilidad a los pescadores de mantener el recurso.

Por otro lado, si bien las áreas de manejo son una alternativa viable el que sean sistemas cerrados, constituidos sólo por los pertenecientes a un sindicato, provoca un efecto adverso en los que no pertenecen. Esto podría generar que se explote el área ilegalmente por los que no pertenecen, y en vez de avanzar en la protección del recurso, éste se vea devastado. Es necesario que la legislación sea más estricta y clara frente a las áreas de manejo, dado que es una alternativa viable para la regeneración y mantención de los recursos marinos. Lo ideal sería que todo el mar territorial presente áreas de manejo y a su vez todos nos hagamos responsables de la conservación de éste.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy deacuerdo conrespecto a que los planes de manejo son la mejor opción para que esta actividad, que en Chile sustenta a muchas familias, sea lo menos invasiva o destructiva a los ecosistemas marinos. Pero creo que hay algunos antecedentes que pueden distorcionar la realidad que por lo menos en nuestras costas se vive, sabemos que quienes velan porque se cumpla con las estipulaciones legales respecto a la actividad que se involucra con los recursos marinos es SERNAPESCA hasta el limite marítimo nacional, de ahi para fuera el mar es de "todos" por lo tanto las grandes embarcaciones internacionales (pesca industrial) pueden ubicarse en esas zonas y extraer el recurso que es económicamente rentable, dentro de nuestras millas convive la pesca artesanal con la industrial nacional, mas que convivencia es una compatencia pero eso es otro cuento. Y claro como dice Nicolás, las pesquerías cuando ven que se acaba el recurso o se les agota, se desplazan y extraen en otro lado, pero los pescadores artesanales al verse en una situación de merma en el tamaño, ni siquiera en la cantidad que extaen, si no, netamente en que ya estan extrayendo juveniles no detienen su actividad, si no que exploran en la posibilidad de extraer otro recurso que se encuentre en el área. Ya que debemos considerar que si no viven del mar hay muy pocas posibilidades de que opten por cambiar de rubro. Ojalá esto no ocurriese, seria lo idel, pero creo que muchos han escuchado a nuestros abuelitos decir: "antes los peces eran mas grande", y claro como nos dice nuestro compañero se está afectando al grupo etáreo dominante.

Saludos,

Seba Pedrero dijo...

Primero deseo felicitar por la iniciativa de esta columna.
Referente al tema mi llamado es a no centrarse ideológicamente en un tipo de explotación marina ya que nunca es recomendable poner todos los huevos en una misma canasta, no?. Las áreas de manejo si bien representan la mejor opción para el medio ambiente pueden no serlo para las comunidades, ya que las poblaciones naturales de especies marinas, no se rigen por limites administrativos humanos y lo que hoy puede ser productivo, la temporada (o temporadas) siguiente(s) puede reducir mucho los volúmenes por causas naturales de migración.
No se debe renunciar tan rápidamente a las producciones in situ, que si bien estoy de acuerdo deberían ser mucho mas reguladas que en la actualidad, estas representan un ambiente mas controlado que permita una producción constante del recurso elegido. No olviden que el océano y especialmente en nuestras costas, no es un tranquilo balde de agua. Las presencia de corrientes, olas, la forma de la costa, en conjunto representa movimientos de masas de agua de grande escala que permite el movimiento de todo tipo de partículas, de echo esa es la razón de por que el hombre bota todos sus desperdicios al agua, su gran capacidad de mistura y dilución.
Entonces, esto es solo un ejercicio de reflexión, pero recuerden que la idea es desarrollo sustentable, no solo se debe pensar en protección.
Estamos todos de acuerdo que mientras mayor es la empresa que explota los recursos, mayor debería ser la regulación. Pero no se debe pensar en limitar las opciones ya que afecta mayormente a los pequenos actores de la economía, que como todos sabemos, somos la mayoría.
Alegre por saber de mis colegas.