jueves, 24 de septiembre de 2009

Educación de calidad ¿Para todos?

Guillermo Fuentes J.

¿Sabe Ud. donde van sus contribuciones? Tal vez la pregunta se salga del esquema, pero todos, absolutamente todos pagamos contribuciones, especialmente nosotros. ¡Sí, nosotros!, los que nos esforzamos pagando nuestras matrículas y aranceles para poder estudiar, al igual que los que trabajan se esfuerzan para pagar el pan de cada día.

Nos volvemos contribuyentes al sacar una fotocopia, al comprar un libro, al pagar la locomoción para ir cada día a clases. Pero, ¿Dónde queda este dinero?

Estamos viendo a nuestro país salir de la crisis económica, recibiendo más ingresos gracias a nuestros impuestos, impuestos que reciben de nosotros directa o indirectamente, sin embargo de todos estos ingresos solo el 4,1% del producto interno bruto (PIB) está destinado a la educación, algo muy distinto a los países desarrollados que destinan un 6,1% de su PIB. Aún más, en Chile se destinan del porcentaje anterior un 72% a la educación pública y al mismo tiempo solo un 1,2% de esto a nuestra Universidad.

Cada uno de nosotros ha observado como suben los precios de los aranceles en cada carrera, como es que aumentan las matrículas y como hay, precariedad en las salas, escasez de recursos y muchas falencias y deficiencias, más aún en nuestra Facultad.

Esto se debe, en parte, a que la “Casa de Bello” recibe anualmente solo un 14% de lo necesario para su financiamiento por parte del Estado.

¿Alguno se ha preguntado porqué, dentro de la misma Universidad, hay tantas falencias en algunas facultades (ej. la nuestra) y en otras hay tan pocas (ej. Ciencias Físicas y Matemáticas)?

La respuesta es muy simple, lo que ocurre es que por el poco financiamiento estatal, la Universidad, a pesar de ser pública, ha debido cambiar su estructura fundacional operando bajo un sistema capitalista neoliberal con respecto a sus recursos, esto junto con la poca experiencia en este modelo económico del manejo de los recursos ha llevado a una especie de “privatización” de la Universidad, convirtiéndose en una organización centralizada y con mala distribución económica.

En efecto, cada facultad debe implementar medidas para obtener por si sola los recursos económicos necesarios para su buen funcionamiento y, dentro de esta, a cada departamento se le exige lo mismo.

¿Creen aplicables estas medidas a nuestro Campus? ¿Pueden a caso los departamentos de nuestra Facultad generar los recursos monetarios para el buen funcionamiento de sus actividades?

Es prácticamente imposible. Nuestra Facultad no puede generar estos recursos, incluso posee una deuda con en resto de la Universidad por este mismo motivo. En si mismo los departamentos de esta no son capaces de generar las suficientes ganancias para poder prestar un buen servicio a las carreras.

En conclusión, son muy pocas las posibilidades que tiene nuestra Facultad de entregar la mejor calidad en lo que hace, asimismo es muy difícil poder continuar con el trabajo de excelencia que ha caracterizado a la Universidad de Chile durante tantos años, debido a concesionar servicios propios, arrendar parte del Campus e incluso vender propiedades utilizadas para prácticas, tesis, memorias e investigaciones varias, todas medidas para obtener recursos inmediatos, al igual que el alza de los aranceles.

Por otra parte, el dinero destinado para las universidades estatales durante tantos años fue truncado en 1973 y cada vez el Estado aporta menos recursos a sus universidades, dando lugar al surgimiento del lucro en universidades privadas, que se quedan con gran parte del aporte estatal que es, por derecho propio de la universidades públicas.

Esto ha llevado a la perdida de tradiciones y calidad en nuestra Universidad.

Por lo anteriormente expresado y por el bien de la Universidad, es necesario que quienes la integran se organicen, informen de lo que pasa y participen de las instancias de debate que siempre están llevándose a cabo en las distintas unidades académicas, con el fin de construir un mejor futuro para la principal casa de estudios del país.

(*) El autor pertenece a la generación 2009 de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables.

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2 comentarios:

Joaquín dijo...

Gracias por los datos!

Me llamó la atención y quisiera destacar el hecho de que en las facultades y no es la excepción la nuestra por obtener recursos se suele concesionar servicios propios, arrendar parte del Campus e incluso vender propiedades utilizadas para prácticas, tesis, memorias e investigaciones varias: vendiendo luego las patentes! todas medidas para obtener recursos inmediatos, al igual que el alza de los aranceles.

Va de la mano y quisiera apovechae el espacio para animar la discusión de qué tan pública es la universidad hoy, quizá en algún punto nuestra facultad sea la "más pública" en el sentido (triste) de que entra la mayor cantidad (porcentual) de estudiantes de colegios públicos (hablo de municipales), ésto por los bajos puntajes de corte de nuestras carreras... en nuestra universidad sólo se educa la elite (porque logran los puntajes necesarios y puede costiarlo)y algun@s pocos municipales (que no son más tontos.). Ó es pública en el sentido de sus fines??? igual daría para discutirlo, para mí hace mucho rato perdió su sentido público y es sólo "romántico" su nombre.. será nuestra tarea devolverle el lugar que le corresponde?

Nos vemos por ahí!

Bojana dijo...

Me gusta la idea de hacer discusión frente a este tema. Si bien somos una universidad "estatal" como bien se dijo el financiamiento lo otorgamos los estudiantes, y con respecto al sentido público estoy de acurdo que ya nos queda poco, lo que fue una decepción ya que fue una de las razones del porqué entré a esta universidad.
Hace poco hubo un congreso nacional de educación donde se discutieron estos temas de financiamiento y sentido publico y se llegaron a las mismas conclusiones, lo que demuestra que no es sólo un problema de la educación superior, sino que es generalizado al resto de los niveles.
Sí creo que las iniciativas deben partir por nosotros, sino nadie le va poner punto a esto y seguiremos escribiendo la misma historia. Es interesante destacar que el rector también hace este análisis "se hace incomprensible que el modus vivendi entre el Estado y las universidades, particularmente entre el Estado y sus propias corporaciones estatales no haya sufrido una revisión profunda desde que retornó la democracia al país en 1990, en particular el modelo de autofinanciamiento. Chile -en comparación con los países de la OECD- muestra grandes rezagos en la contribución de la sociedad a financiar sus universidades estatales".

Saludos